Cómo elegir un dentista

Cómo elegir un dentista

El dentista es el único médico que, aunque haya crisis, no lo notan porque las personas, cuando tenemos algún problema con la boca, solemos acudir, aunque haya que pagarlo y tengamos que apretarnos mucho más el cinturón. Pero elegir un buen dentista, no sólo que sea barato, sino que sea eficiente, es algo complicado si tenemos en cuenta que, hoy día, hay muchísimos donde escoger.

Lo que sí puedes hacer, es tomar en cuenta una serie de factores que podrán ayudarte a dar con el mejor dentista en tu caso y al menos olvidarte de los problemas de muelas por un tiempo si te las vigilas asiduamente.

Un dentista, ¿cuál dentista?

Si tienes que escoger a un dentista, guíate por lo siguiente:

  • Que lo tengas incluido en tu seguro de salud. Hay ocasiones en que el propio seguro de salud también engloba la salud dental y, por tanto, tienes una limitación de médicos que no te costarán nada, o muy poco. Esto es importante conocerlo porque te puede salir mucho más barato y, además, te da la seguridad de que, si no te gusta, puedes escoger otro o bien, dependiendo del seguro, ir a otros sitios y pagar sólo un tanto por ciento de la factura.

  • Que te lo recomienden. Pregunta a familiares, amigos, vecinos, etc. Estos seguro que tienen algún dentista donde van y pueden ayudarte a ver cómo son antes incluso de que te toquen. Si es así, prueba con ellos y a ver qué te dicen.

  • Accesibilidad. ¿Dónde estaría el dentista? Es importante que esté cerca de tu casa, que pueda ser fácil conseguir una cita con él o ella, que atienda los fines de semana… Todo eso te da facilidades a ti. No vayas a escoger un dentista que sea demasiado lejos de tu casa y encima que dé dificultades para, al final, salir más caro (por ejemplo porque pierdas el tiempo).

  • Que te dé confianza. Siempre puedes, antes de ponerte manos a la obra con el dentista, hacerle una visita para ver cómo trabaja y exponer sus dudas. De esa forma sabrás si te parece una persona profesional o no, si está cualificadas y, sobre todo, el tiempo que tarda en atender a los pacientes.

  • Que tenga la formación necesaria. Eso suele verse en los cuadros con los títulos que tenga en la pared pero también vas a encontrarlo en internet ya que hoy día es muy sencillo de encontrar información sobre cualquier médico. Eso sí, ten en cuenta que esa información puede ser errónea así que no te dejes llevar sólo con ella, procura ser objetiva en la misma.

  • Que atienda a niños y adultos. Puede ser una tontería, pero cuando se atiende a niños se suele ser algo más suave en los tratamientos y métodos de trabajo, en cambio cuando sólo atiendes a un grupo puede que sea algo más dura (y no hablamos sólo de adultos, que los dentistas de niños también pueden ser duros).

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