En esta ocasión, y siguiendo con los roles que puede desarrollar tu hijo en el colegio, queremos centrarnos en el rol de un niño despistado, que va a lo suyo y no se preocupa. Es un niño olvidadizo, que no presta atención a los detalles o a preparar las cosas lo cual hace sacar de quicio a todos los adultos que le rodean porque, aunque le digan las cosas mil veces, parece que se lo dices a una pared.
Normalmente la inteligencia que tienen, salvo que tenga algún déficit de atención, hiperactividad, etc. es superior a la media y va bien en clase pero tarda mucho en terminar las cosas, no se concentra más que en lo que quiere o le interesa y solo se hace amigo de aquellos que tienen sus mismos intereses pero, después de eso, si ve que no hay nada, acaba dejándolos.
A la hora de tratar con él y educarle lo mejor que puede hacerse es que, cada vez que le digamos que haga algo o que debe acordarse de algo, le hagas mirarte a los ojos para centrar su atención en ti. No hay que gritarle ni tratarlo como un tonto, háblale normal y dile, siempre al finalizar, “cuento contigo” o “confío en ti”. Él se sentirá responsable y sabrá que tú le estás pidiendo algo.
También es bueno que intentes incluirlo en las tareas de la casa y en actividades que requieran de concentración para que así se estimule su interés y no esté en las nubes sino que pueda centrarse en las cosas, ya sea que le gusten o que no.
