¡Mamá, estás desnuda!

¡Mamá, estás desnuda!

Seguro que te has encontrado alguna que otra vez con esta situación, que te has ido a desnudar y tu hijo o hija se ha quedado mirando, se ha reído, o te ha dicho: ¡estás desnuda! Es algo que, a la mayoría, les hace gracia, y otros lo ven como algo que no deberían mirar.

La mayoría de los padres tienen opiniones extremas: hay quien está a favor de la desnudez frente a los niños, y otros no lo permiten, o prefieren esconderse para desnudarse. ¿Qué se debe hacer mejor?

Si nos basamos en las opiniones de expertos, lo cierto es que no ven nada malo a que los padres, madres y padres, se desnuden frente a sus hijos y estos los vean. De hecho, algunos hablan de los beneficios como el hecho de que, cuando pasen por la adolescencia, no les preocupe tanto el cambio y vean que no es algo de lo que avergonzarse.

Sin embargo, esto no es del todo así pues hay que establecer unos límites en el caso de la pubertad, etapa por la que muchos pueden confundir sentimientos y se pueden sentir cohibidos o mal por su aspecto (o por el de los demás).

Algunos expertos comentan que un niño puede ver a sus padres desnudos hasta los 6 años. Más allá de esa edad no debería ocurrir al igual que tampoco debería pasar si te sintieras incómoda haciéndolo (o vieras que es tu hijo o hija a quien no le gusta). Hay que respetar también la intimidad de cada uno porque, a la hora de explicar, siempre está la palabra antes que lo visual.

Nuestra recomendación es que hagas lo que mejor convenga a la familia en sí para ayudar a desarrollar su propia forma de ser.

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