Si tienes hijos, es posible que veas que le encanta colorear, imaginar historias, pasarse el tiempo pintando, etc. A esas edades suelen ser muy imaginativos y creativos y, aunque pienses que son actividades que lo único que hacen es quitarle tiempo, bien de los estudios, bien de otras cosas, lo cierto es que, en realidad, no es así.
Colorear es una de las actividades que más les estimula y, de hecho, tiene múltiples beneficios para el niño o la niña. ¿Sabes cuáles son?
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Pueden expresar cómo se sienten. Muchas veces los niños tienen miedo a decir con palabras cómo se sienten, o no saben expresarse de modo adecuado. Los colores pueden ser una forma de hacerlo y de que te des cuenta de que algo le pasa. De ahí que el dibujo, y el coloreado, sean tan importantes.
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Supone un momento de diversión porque se socializan con otros niños, con la familia, se ríen. No es una actividad individual, o no tiene por qué serla en realidad.
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Se fomenta que presten atención y se centren en una actividad concreta. Esto hará que ellos puedan concentrarse después en otras actividades porque ya tienen práctica en saber lo que deben hacer para centrarse.
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Ayuda con la motricidad. La motricidad fina, que es la que pueden tardar más en desarrollar, se puede potenciar con las actividades artísticas. Colorear, dibujar, ya sea a lápiz, pincel, etc. desarrollará ese tipo de movimientos y habilidades en las manos que, de otro modo, tardarán más en hacerse.
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Desarrolla el cerebro. Concretamente, cuando se hace un dibujo o se pinta, se ponen en marcha los dos hemisferios del cerebro, favoreciendo el desarrollo mental del niño.
