La alimentación siempre es uno de los temas de actualidad, comer suficientes nutrientes, cuidar la ingesta de grasas y calorías, aumentar el consumo de agua, frutas y verduras, o repartir la comidas entre varias veces al día, son cosas que nos enseñan desde pequeños, como forma de cuidar nuestra salud. Recientemente, se han publicado dos estudios que, si cabe, descolocan ya a todos aquellos que se preocupan por su salud y vigilan su alimentación:
El primero ya lo imaginábamos, comer demasiado resta tiempo de vida. Según un estudio de la prestigiosa Universidad de Cambridge, la ingesta excesiva de calorías resta tiempo de vida, ya que perjudica a algunos órganos vitales, como pueden ser el corazón y las arterias. Una ingesta prolongada de un exceso de calorías puede hacer que además se padezca de obesidad, que no es otra cosa que un exceso de grasa en el cuerpo, la grasa envuelve los órganos y hace que a estos les cueste aun más trabajar.
Sin embargo, lo que ha descubierto en estudio del Instituto Nacional de Investigación del Envejecimiento de los EEUU, puede que sorprenda a muchas más personas: comer poco tampoco hace que se alargue la vida. El estudio se hizo en monos de diversas edades, y los resultados fueron, en parte esperados, la duración de la vida no cambia entre monos con dieta normal y dieta restrictiva, aunque en el segundo grupo si se observó una mejora de la calidad de vida.
Estos resultados tan contradictorios, son la mejor prueba de que comer es una cuestión de supervivencia humana, restringir demasiado la alimentación no es beneficioso, del mismo modo que no lo es comer en exceso. Quizás, lo que deberíamos aprender en las escuelas es a calcular la ingesta diaria de calorías necesarias para mantenernos sanos, y no preocuparnos de si comiendo más o menos engordaremos.
¿Qué te parecen estos estudios? ¿Estás de acuerdo con los resultados?
